Déjame, hermano, que te
abrace.
Que el color de nuestra
piel no nos separe.
Siente como nuestros
corazones juntos laten
en un único diálogo de
amor.
Un abrazo fuerte, hermano,
muy fuerte.
Que ni una frontera, ni un
color,
ni una lengua, ni una idea
diversa...
nos haga en modo alguno
separar.
Igual de roja es nuestra
sangre,
igual de cercano nuestro
cielo,
igual de grande nuestro
corazón.
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