jueves, 18 de agosto de 2016

LA SILLA VACÍA


Estás ahí.
Delante de mi.
En tu silla vacía.

Y te reprocho
una infinidad de cosas.
Callas.

Luego tú hablas.
Respondes a mis reproches.
Explicas tus porqué.


Callamos.
Las miradas reflejan
con brillo e intensidad
las palabras no dichas.
Pena.

Hablamos.
Decimos esas palabras
que no se dijeron
y quedaron sepultadas.
Pena.

Pena que la silla está vacía.
Pena el tiempo que no vuelve atrás.
Y las palabras no dichas,
no dichas quedarán.
Pena.

Callamos.
Afloran las lágrimas secas.
Pena.

Acabo llorando
con lágrimas auténticas
abrazando esa silla vacía.
Pena.

A esa que nunca volverás
aunque yo te vea.
Pena.


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