Somos
nuestra memoria
como
dijo el gran poeta ciego.
En ella
caben
brujas
y mariposas
estrellas
maravillosas
o
palabras malditas.
E
incluso cabe el olvido
como
rechazo de la memoria.
El
olvido es como niebla,
como
misericordia de la memoria.
Nuestra
memoria abraza
el
misterio infinito
de
nuestro condición humana.
Somos
lo que pensamos y
nuestra
materia está envuelta en polvo de estrellas.
De
ellas vinimos en blanco
y a
ellas volveremos
con la
densidad voluminosa
de todo
lo inmaterial que en verdad somos.
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