sábado, 11 de febrero de 2017

EL BESO FANTASMA


Divina sabiduría
la de quién es consciente
de recibir como un beso en el aire
transportado por la brisa
en una otoñal tarde.

Y eso nada más queda.

Besos que un día existieron
y ahora son huellas leves
que se marcan en una orilla vacía,
mudos testimonios de su pasaje
en una pasada vida.

Y eso nada más queda.

Un beso convertido en brisa
o una lágrima en lluvia
o una foto amarilla en cenizas
que el viento se lleva.

Y eso nada más queda.

Presencias testimoniales
perdidas en nuestra remota memoria,
inexistencias fantasmagóricas
que nos insisten sobre su real existencia.

Y eso nada más queda.

Fueron amor y dichas
y ahora desconocidas presencias
convertidas en brisa, lluvia, ceniza.

Y eso nada más queda.

Alicia Redel
El diccionario Íntimo de Alicia



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