miércoles, 19 de abril de 2017

EL SEÑOR DE LOS PÁJAROS


Los pájaros son increíbles.
Tienen el don de la esperanza,
Os cuento algunas cosas por mi vistas.

En particular una escena quedó en mis recuerdos
en un recoveco de esos de la memoria.
Era como una fotografía en blanco y negro,
pero a veces también en color.

Las imágenes no son pasadas ni presentes.
Quedan como suspendidas en el infinito
porque nuestra vida es
una suma de infinitos.

Recuerdo, veo todavía ahora, un señor.
Un señor alto. Reservado.
Que cojeaba levemente y
andaba con un bastón,


Llevaba siempre bajo el brazo un perrito
negro, viejo, pequeño, cojo.
Dos galletas en el bolsillo y
una bolsa de migas de pan.

Hacía siempre igual
con nieve, lluvia o sol.
Se paraba delante de una casa,
le daba dos galletas a un perro grande,
blanco, lustroso, amigo,
que a esa hora siempre le esperaba.

Y eso cada día
con nieve, lluvia o sol.
Llegado al parque dejaba en el suelo
al perro pequeño, viejo, negro y cojo
que lucía su “sonrisa de perro”
como pocos canes saben hacer.

El señor alto y callado depositaba las migajas
mirándose en torno y escuchando
un alborozado aleteo, un piar jocoso,
toda una paleta de marrones vibrantes
en torno a su persona.

Y ahí comían gorriones, petirrojos
mirlos, urracas y hasta un par de tórtolas
mientras el perro pequeño, negro y cojo
olisqueaba en torno a los árboles.

Hasta que un día no vino más
el señor alto, callado, de pelo blanco.

Y todos los pájaros esperaban en fila
mirando a la misma esquina,
pero esperaban en vano.
El perrito pequeño, negro y cojo
ya no existía más.

Pasaron muchos días del largo invierno
y mojados bajo la lluvia
los pájaros no dejaban de esperar.

Hasta que un día el señor alto, callado, de pelo blanco
volvió con un cachorro blanco
que no dejaba de corretear,
y así la historia pudo recomenzar.

Los pájaros tienen el don de la Esperanza.
A ellos la vida no suele defraudar.
Ojalá los humanos fueran igual.

EL Diccionario Íntimo de Alicia”

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