Suave y ligero
se posó el pajarillo
en la butaca.
Y se quedó quieto
sin asustarse
ante mi mirada.
Dicen que los pájaros
traen mensajes
de quienes se fueron.
Dicen al mismo modo
que las gaviotas
almas de los marineros
muertos en el mar
son.
Yo me preguntaba
cual era el mensaje
de tan insólito
mensajero.
Qué quería trasmitir
con sus ojillos brillantes
y su aletear tierno.
Allí se sentaba mi madre
frente al mar.
Batió sus pequeñas alas
con un peculiar saludo
y se echó a volar.
El gorrioncillo
no era un pájaro
cualquiera.
Era un mensajero del más
allá.
Alicia
Redel
“El
Diccionario Íntimo de Alicia”
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