sábado, 19 de noviembre de 2016

LA MARIPOSA CLAVADA EN LA PARED


MARIPOSA CLAVADA EN LA PARED
Mamá,
aunque tu me veas no soy yo.
Tras el accidente la luz intensa llamaba.
Pero cuando quise volar sentí un agudo dolor
y quedé clavada para siempre al suelo.

Como esas mariposas que clavan vivas
con sus alas a un panel de corcho.
Esta que ves aquí llena de tubos,
ahora solo huesos y piel soy yo,
mamá.

El catéter en el estómago me impide hablar,
mamá.
Ellos dicen que las “constantes vitales”
están bien, mamá.

Mamá
yo tengo miedo a esta oscuridad.
Yo no soy la que tu ves, mamá.
Yo no soy la que tu esperas
que pueda volver
mamá.

Yo no puedo volver. Yo no volveré.
Nunca volveré, mamá.
Tú morirás esperando
que yo vuelva, mamá.

Tú te irás a tu luz
y me dejarás aquí clavada
con las “constantes vitales” bien,
mamá.

Sólo la luz intensa que me llama
siente mi enmudecida voz.
Pero tampoco la luz intensa
puede sino esperar
mamá.

Mamá las ataduras no curan.
No alivian mi dolor.
No abrirán mis ojos.
No me ayudarán a hablar.
Solo tendré las “constantes vitales” bien,
mamá.

Mamá
despégame de la pared.
Díselo a los señores de blanco.
No les pido que me maten.
Sino que me desclaven
y me permitan en último vuelo
a la luz volar.

Mamá, esta que ves aquí no soy yo.
Yo soy solo una mariposa clavada en un panel.
Mamá, arráncame los alfileres
por favor, mamá.

Mamá yo tengo miedo a esta oscuridad.
Mamá yo estoy aquí en ninguna parte.
Mamá quiero irme a la casa de la luz
que me llama.

Mamá tu me diste a la luz.
Mamá devuélveme a la luz
otra vez, mamá.

Alicia Redel
El Diccionario Íntimo de Alicia



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