Diminutos
polluelos de pato
salen
nadando de entre los juncos.
Tienen
su mínimo cuerpo
cubierto
de pelusa amarilla.
Tú
observas el junqueral
absorto
ante ese mundo perfecto.
Las
madres palmípedas
distribuyen
migajas de pan
por
mi al agua lanzadas,
dentro
de los ávidos picos abiertos
en
un piar continuado.
Si.
Lo sé. Tú observas el agua.
Observas
ese mundo perfecto.
Así
como las florecillas blancas,
humildes
y pequeñas,
y
aún así tan bellas
que
parecen sonreír entre el verdor.
Los
insectos de la tarde
vuelan
entre el cañaveral
ignorando
la orquesta de las ranas
bajo
un sol poniente color oro.
Si.
Tú miras complacido.
Te
complaces porque todo es perfecto.
...y
tus ojos van pasando sobre cada hoja,
cada
junco, flor, abeja
o
verde y musical rana.
También
yo estoy como hipnotizada.
Lo
reconozco. Es perfecto.
Es
único. Es un pequeño universo.
Las
ranas, los mosquitos, las abejas...
las
libélulas de mil resplandores
o
los cisnes que pasan displicentes
como
mostrando superioridad.
¿Y
qué decir de la banda musical?
Todos
los instrumentos se perciben
en
el canto de los jilgueros, de los mirlos,
en
los gritos de las aves que sobrevuelan
altas
ese mundo mínimo del canal...
Tú
lo escuchas con fruición.
Nadie
sería capaz de imitarlo.
Los
pájaros...los diminutos pájaros...
y
el silbido del viento entre las hojas,
la
voz de una madre llamando a un niño
desde
lejos...
Yo, tumbada
en la hierba
inhalo
su perfume
y
mis puños cerrados aprietan
tierra
negra y fértil...
tierra
olorosa de lluvia apenas caída.
Tú
sigues quieto. Lo sabes que la tierra, y la lluvia
todas
las cosas pequeñas que viven,
cantan,
vuelan y perfuman
son
la absoluta perfección.
Tú
lo sabes. Tú eres el factor.
Nosotros
construimos maravillosas catedrales góticas, románicas o
barrocas...
Dimos
vida a vidrieras multicolores,
a
prodigiosos instrumentos musicales,
compusimos
grandiosas sinfonías...
Pero
nada de mente y mano humana
puede
asemejarse, aún en su grandiosidad,
a
esta catedral perfecta y única,
viva
y rumorosa, perfumada y hermosa,
toda
luces, colores, sonidos...
perfecta
y divina armonía universal,
Que
es la naturaleza.
Tú
lo sabes, si.
Eres
el factor.