Tuve un
día una idea brillante
brillante
como un sol,
me rondaba
por la cabeza
y me
alegraba el corazón.
Soñaba
con mi idea brillante
tan
brillante como el sol
parecía
única, fantástica, exaltante,
al menos
así la creía yo.
Y así día
tras día
la
alimenté y la hice crecer
en modo
que esa cada vez
era más
única, fantástica, exaltante,
grandiosa,
única, totalizante.
Y yo con
entusiasmo
la sustentaba y la hacía crecer,
cuidaba
con amor la pequeña planta
que se
hizo más grande, más única, más fantástica
más
resplandeciente que el propio sol.
Tan grande
se hizo mi idea brillante
que
parecía un astro irisado cual pompa de jabón.
Y no
pudiendo la criatura soportar la presión
sin más,
y con un hondo suspiro desapareció
ante mis
ojos extasiados.
Alicia
Redel
El
Diccionario Íntimo de Alicia