domingo, 26 de noviembre de 2017

RECORDANDO A RUBÉN DARÍO. HISPANIA GAVIOTA DE LAS ALAS ROTAS


 RECORDANDO A RUBÉN DARÍO.
HISPANIA GAVIOTA DE LAS ALAS ROTAS

¡Oh Hispania! Tu imagen me recuerda
a una gaviota de alas rotas
que maltrecha yace en una orilla perdida.

Tu “sangre de Hispania fecunda,
de ínclitas razas ubérrimas”,
como dijera el gran vate de Nicaragua*
se expande roja en la orilla de la mar.

Parece como si desde un lugar
del más oscuro y lejano Universo
maldecido te hubiera una negra estrella,
vertiendo sobre ti odio pena y desolación.

¡Oh desdichada gaviota
truncada por un mal destino
a ninguno a quién preguntes sabría
el motivo de tal devastación.

Ni porqué ayer volaras alta en los cielos
y ahora yazcas ahí herida sin piedad.

Eras ave hermosa en toda su plenitud.
Eras musa de artistas y poetas,
blanca gaviota por siglos reina del aire
luchadora contra los vientos,
las espumas, las algas y el temporal...

Reina de olas bramadoras e indómitas.
Reina del más grande Océano
o de la más pequeña mar.

¡Oh desdichada!
¡Qué malherida yaces ahora...
con tus alas rotas
tú, blanca gaviota de los altos cielos...

Has sido transportada inerte entre las olas
¡Oh Hispania del XXI siglo!
Y sucia por la arena
se estremece tu impoluta blancura.
En el suelo yaces en tu “sangre
de ínclita raza ubérrima.”

Nadie sabe por qué la negra estrella
contigo se quisiera así ensañar
sin que tus aladas compañeras
te vinieran a auxiliar.



Cabe esperar que no sea mortal tu herida.
Cabe esperar que aún no sea tarde...
y que otras blancas gaviotas
de las alturas descendidas
envolviéndote con sus alas
puedan ayudarte a remontar.


*Recordando a Rubén Darío.
“Ínclitas razas ubérrimas, sangre de Hispania Fecunda”.
SALUTACIÓN DEL OPTIMISTA
CANTOS DE VIDA Y ESPERANZA. LOS CISNES Y OTROS POEMAS.


miércoles, 1 de noviembre de 2017

DÍA DE TODOS LOS SANTOS




En el camposanto
reluce el polvo de estrellas
desde dónde un día vinierais
y donde otro día habéis vuelto.

Vuestras luces
me colman de paz
y siento vuestras voces
dentro del alma.

Polvo que oye soy
en polvo que susurra
me convertiré.

Y seré plenamente
lo seré si,
polvo estelar.

Vuestra luz resplandece
en mi memoria
ahí donde siempre moráis.

No hay difuntos en el Camposanto
pues en mi corazón estáis

y con vosotros algún día estaré.