Te fuiste sin un adiós
y con el corazón vacío.
Al cerrar los ojos
no te acompañó
ni una sola imagen
ni una caricia
ni un susurro de amor
ni una mano querida.
Te sumiste en el Olvido
cubierto de tierra,
única compañera, única
amiga
de los muertos más
muertos
de todos los muertos,
esos muertos solos,
solos como tú.
No te sirvió ser amante,
hijo, padre, hermano de
alguien
en ese último instante.
Que te sea amiga la
tierra.
Que los ángeles te
abracen
en una Eternidad amorosa
donde van los muertos
que no despide nadie.