Recuerdo que voy
olvidando.
Recuerdo que todo lo
llevó el viento
como si hubiera entrado
un negro temporal negro
y...
en mi laberinto se hubiese
perdido.
Y por más que percorro
las transparentes galerías
de mi laberinto
cristalino,
por más que persigo los
vientos...
por más que les llamo por
nombre...
persiste el olvido de lo
que busco.
El recuerdo olvidado grita
y llama para que
despierte.
Persistente se niega a
desaparecer
en ese mundo de la
inexistencia
de las palabras no dichas
y de las ideas muertas.
Pero el Olvido es mas
fuerte
que mi débil voluntad
y el Recuerdo, arrastrado
por el viento,
gélido del laberinto...
se pierde,
Y así la vida pasa como
una película.
Una película al revés
absorbida por un huracán
dentro de un laberinto de
cristal.