Por
tanto tiempo buscando...
¿Qué
buscábamos con afán?
Nosotros
dos lo teníamos claro.
Buscábamos
Ítaca.
Ítaca
nuestra isla.
Hemos
sorteado vientos
tempestades
violentas
gigantes
amenazantes
brujas
hermosas
sirenas hipnotizantes...
Todo
eso con un barco viejo
que
llegando a cualquier puerto
causaba
maravilla
¿Eso
puede navegar?
Somos
dos capitanes,
dos
litigantes
dos
amantes.
Y uno
quiere ir a Norte.
Y otro
quiere ir a Sur.
Extrañamente
la nave
va.
A veces
sentados
ante el
mapa de navegantes
con
alguna magulladura anímica
hemos
meditado concienzudos
como se
va al Norte
y a la
vez al Sur.
Aunque
parezca contradictorio
con el
optimismo de la voluntad,
milagros
del mar y del amor,
se
puede a norte y sur navegar
en
contemporaneidad.
Dos
buenos capitanes
dos
buenos amantes
dos
buenos litigantes
en un
barco viejo
pueden
avanzar
con la
vajilla marinera
volando
por cubierta.
Viajando
bajo la bóveda celeste
tumbados
bajo la estrella polar
a veces
nos hemos preguntado
porqué
no hemos llegado.
Si
somos dos buenos navegantes
dos
buenos amantes
dos
buenos litigantes,
tras
tanto tiempo de vagabundear
con
gigantes, magas, sirenas,
temporales
y olas gigantes...
¿Dónde
está nuestra isla?
Tenemos
canas en la cabeza
nos
faltan plumas como a dos gallos peleones.
Las
gaviotas y las nubes observan
al
barco desportillado que va a norte y a sur.
¿Quienes
son ese par de locos?
Pregunta
la nube al delfín.
Respondemos.
“Navegamos
desde medio siglo
y
tenemos amistad, complicidad
camaradería,
igualdad, cordialidad
somos
amantes,
somos
navegantes
somos
litigantes
somos
constantes.
Estamos
cansados, empapados, envejecidos
pero no
nos rendiremos
hasta
llegar a Ítaca”.
La nube
respondió con voz de trueno.
“No
lo habéis comprendido
insensatos
navegantes
no lo
habéis visto
no os
habéis enterado.
Ítaca
no es el puerto ni la isla.
Ítaca
es el barco.”
Bodas
de oro 1964-2014
“El
Diccionario íntimo de Alicia”